Huskies y Osos

Aunque nuestra brújula sigue apuntando al Norte, nos desviamos un poco al Este, hacia la frontera rusa, porque otra pareja viajando en una caravana nos había hablado de una granja de huskies donde podíamos dormir.

La ruta está definitivamente fuera del circuito turístico, a 15 Km de Rusia.  Sentimos curiosidad por ver como es la frontera, así que conducimos los 15 Km por una ondulada pista forestal, para descubrir que la frontera es, ejem, un bosque normal y corriente. Los árboles a ambos lados son exactamente iguales. Los únicos signos de una frontera son una barrera de metal escuálida en medio de la pequeña pista forestal y dos letreros. Uno te advierte que no debes cruzar al otro lado de la barrera, a menos que tengas permiso. El otro describe la tierra de nadie a lo largo de la pista separando los dos países. No hay guardias, ni banderas, ni siquiera hay asfalto. Genial.

La granja de huskies, que se llama Eräkeskus, Wilderness Lodge and Husky Farm (www.eraekeskus.com),  resulta que la llevan una mujer suiza, Simone, y Alex, un alemán. Es toda una experiencia estar rodeada de perros, no solo huskies, si no también malamutes y perros de caza. Bellos y amistosos, muy contentos de vernos.

Aunque remota, la granja esta situada en un enclave precioso, en medio de un bosque y junto a un lago. El edificio principal, donde se encuentran la recepción y el comedor, está construido de madera. En medio del comedor hay una confortable enorme chimenea de piedra. Sentada a la mesa, mirando por la ventana hacia el lago, la tranquilidad y la paz son tales, que es fácil imaginarse que permaneces ahí sentada contemplando el paso de las estaciones. El lago helado en invierno, las hojas de los árboles amarilleando en otoño, justo antes de que él viento desnude a los árboles, y después la vuelta del verde y del azul del agua del lago en primavera. En otro orden, claro. Disfrutamos de una cena casera y una conversación agradable, donde aprendemos un montón acerca de los perros y la vida en la granja en todas las estaciones. Cómo es cuando la temperatura es de 40 grados bajo cero y hay más de un metro de nieve, o no, y como se sienten los perros cuando hace demasiado calor. Qué cuidados requieren los perros, como son las relaciones entre jóvenes y mayores, entre hembras y machos, cuales son los equipos que mejor tiran de los trineos.

Christian también tiene la oportunidad de ver un puñado de cachorros recién nacidos, más salados que nada.

Aparte de las obvias actividades invernales, también se pueden hacer un montón de cosas en verano,  caminar, ir en bici, ir en canoa, etc. Desafortunadamente no nos podemos quedar mucho tiempo porque tenemos que ir hacia nuestra siguiente experiencia animal, que reservamos hace meses. Los osos.

Post 12 Bear-10

Bear patrol

También donde las calles no tienen nombre y también cerca de la frontera rusa, la experiencia es maravillosa, aunque confortable no lo es. Nos pasamos tres noches en un escondite para osos  para dos, es decir una caja de madera de 1.5m x 3m x 1.5m, con pequeñas ventanas y aberturas camufladas para las cámaras, y una lista de mobiliario incluyendo un camastro, una silla y un orinal-cubo. Nuestra rutina diaria consiste en cenar a las tres de la tarde, ser llevados en coche, en un trayecto de diez minutos, al punto de   partida, caminar por bosques y zonas pantanosas durante 30 o 45 minutos, ser encerrados en la caja con nuestras cámaras y una bolsa de provisiones (un termo de café, agua, unas galletas y unos bocadillos), esperar a que aparezcan los osos, tomar fotos como descosidos cuando lo hacen, esperar de nuevo cuando se van, tomar un café o un bocado, intentar echarse una siestecita, ponernos contentos cuando aparecen de nuevo, … repetir hasta las 6:45 de la mañana, cuando nos vienen a recoger para llevarnos de vuelta al campamento, dormir, repetir. Cuando pensabas que no podrías vivir en un espacio más pequeño que tu auto caravana, estabas equivocado, los escondites tienen menos de la mitad. Volver a dormir en el confort de Polaris cada mañana  es una experiencia mágica.

En cualquier caso, la pérdida temporal de comodidad vale totalmente la pena, teniendo el privilegio de observar la vida y las rutinas de los osos en sus hábitats reales. Madres cuidando de sus oseznos, oseznos jugando con sus hermanos, jóvenes haciéndose los valientes, viejos machos defendiendo su comida y sus derechos.

Pasamos la primera noche en el bosque, donde hay tantos osos, que cuesta elegir en cual centrarse para hacer fotos. Hay un momento en el que probablemente hay 10 o 12 osos de todas las edades y tamaños delante de nuestro escondite, caminando, comiendo, jugando, intentando subir a los árboles o simplemente pasando de largo.

Pasamos la segunda noche en una zona pantanosa, con paisaje estupendo y una luz muy cálida. También hay gaviotas, que parece que nos molestan más a nosotros que a los osos. Jóvenes curiosos se acercan mucho a nuestro escondite, tanto que uno mete la nariz por uno de los agujeros. No tenemos evidencia fotográfica porque todo pasa muy rápido, pero es bastante intenso.

La tercera noche estamos junto a un lago, que es un lugar más tranquilo en el tema de los osos, pero aún así vemos un puñado al otro lado del agua.

Como muchos habéis preguntado dónde hemos estado,  podéis encontrar más información en www.martinselkonen.fi

Espero que pronto podremos documentar nuestros encuentros con los renos, que son bastante frecuentes por estas carreteras nórdicas.

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