Versión en español al final

This whole idea started a couple of years ago while we were on a 10 day holiday in Iceland, touring its rugged and magnificent geography in an old beaten Volkswagen camper van.  Driving along its quasi infinite fjords and stopping wherever we pleased to spend the night. Just on top of a cliff, which was a unique view point to look at a bunch of whales playing next to the shore. Or next to a lake to be mesmerised by an amazingly gorgeous sunset.

Sunset at Mývatn lake / Iceland

Iceland in the Camper Van

The sense of freedom was such, that we felt that was the way life was intended. Wouldn’t it be nice to do it for a longer period of time? Living a bit closer to nature, stepping away from our hasty lives and pacing ourselves into a more natural rhythm? Take some time off work and explore different corners of the planet, without being in a hurry, without a predefined detailed itinerary? Without the need to pre-book accommodation?

This is how the dream started. Yes, in the beginning it was just a dream. Our accelerated lives in corporate world gave us hardly any chance to gather some mind space to think about it seriously. Hardly. That is the power of dreams. Resiliently, like raindrops filling up the cracks in the rocks, they kept on gaining space in our thoughts. We started to discuss it with some friends, sort of as a joke, as a ‘wouldn’t it be nice’. Surprisingly (or not) we only got strong words of encouragement from all of them and even some catalogs from different brands of camper vans. I think all that enthusiasm from people we care about, was a powerful punch to our fears and hesitations.

“baby steps”

At first we only dared to take some very humble silly steps to keep the flame burning and give us ourselves more courage, like buying socks depicting trees and caravans.

Soon after, Christian started to read some blogs from people who were embarked in similar journeys. Started to read about several makes of camper van. The excitement was raising. During weekends we started to visit camper van dealers all over The Netherlands and Germany, trying to find the perfect camper van for us. Were we really going to take the step? We didn’t know. Christian and myself have always been avid travellers, whose most precious aspiration would be to spend our time travelling the world, discovering new places, new cultures, new food, new perspectives. Then, why not? And where would we go? And what would our families think about it? This was our next step, to bring our families onboard, which was important for us. It happened after some initial surprise and subsequent conversations and questions and explanations. And then the big step, we drove with a friend to the Düsseldorf Camper Fair and realised the first pixel of our dream, by ordering our camper van.

… will this be our Camper Van? (Thank you Yvonne Roessel for the photo)

(En Español)

Esta idea empezó hace un par de años, cuando estábamos en unas vacaciones de 10 días en Islandia, viajando a través de la magnífica rudeza de su paisaje en una vieja auto caravana Volkswagen. Conduciendo a lo largo de fiordos casi infinitos y parando a pasar la noche en cualquier lugar que nos apeteciera. Al borde de un acantilado desde el que podíamos observar a un grupo de ballenas jugueteando o a la orilla de un lago para dejarnos hipnotizar por puestas de sol increíbles.

El sentido de libertad era tan grande, que nos dio la sensación de que así era como la vida debía ser originalmente. ¿No sería estupendo hacerlo por un periodo de tiempo más largo? ¿Vivir más cerca de la naturaleza, alejándonos de nuestras vidas aceleradas y entrando en un ritmo más natural? ¿Dejar de trabajar por un tiempo y explorar diferentes esquinas del planeta, sin un itinerario predefinido en detalle, sin tener que reservar habitación por adelantado?

Así empezó el sueño. Sí, al principio era sólo un sueño. Nuestras vidas aceleradas en el mundo corporativo, apenas nos daban oportunidad de pararnos a pensar en ello seriamente. Apenas. Ese es el poder de los sueños. No se rinden. Como gotas de lluvia que van llenando las rendijas en las rocas, siguieron ganando espacio en nuestros pensamientos. Empezamos a discutir la idea con algunos amigos, como en broma, hipotéticamente. Sorprendentemente (o no), todos nos dieron tremendas muestras de apoyo, algunos incluso nos facilitaron catálogos de marcas diferentes de auto caravanas. Ese magnifico entusiasmo de gente a la que queremos, fue un fuerte puñetazo a nuestras dudas y temores.

Al principio solo nos atrevimos con pasos humildes  y tontos, como por ejemplo comprar calcetines adornados con árboles y caravanas, para mantener la llama encendida y alimentar nuestro coraje.

Poco después Christian empezó a leer blogs de gente que se había embarcado en jornadas similares. Empezó a reunir información a cerca de las diferentes marcas de auto caravanas. La excitación crecía. Empezamos a visitar concesionarios en toda Holanda y en pueblos fronterizos de Alemania, durante los fines de semana, para encontrar la auto caravana perfecta para nosotros. ¿Íbamos realmente a dar el paso? No lo sabíamos aún. Christian y yo siempre habíamos sido viajeros ávidos, cuya más preciosa aspiración sería pasar nuestro tiempo viajando, descubriendo lugares nuevos, culturas nuevas, comidas nuevas, nuevas perspectivas. Entonces ¿por qué no? ¿Y a dónde iríamos? ¿Y qué iban a pensar nuestras familias?. Su apoyo era muy importante para nosotros, así que ese fue nuestro paso siguiente, hablar con ellos. Pasada la sorpresa inicial y múltiples preguntas y respuestas, nos dieron sus avales virtuales. Entonces solo faltaba dar el gran paso, hacer el pedido de nuestra auto caravana.