Después de nuestra aventura con los osos necesitamos un descanso para hacer la colada y recuperar algunas horas de sueño. Encontramos un buen camping, Karhunkainalo, en el Parque Nacional de Hossa. A pesar del tiempo lluvioso, recorremos una de los senderos naturales del parque y nos maravillamos de las estupendas infraestructuras que ofrece para hacer una barbacoa o simplemente descansar o refugiarte del mal tiempo.
Continuando nuestro viaje hacia el Norte, sin querer nos las apañamos para cruzar el Círculo Polar Ártico (Latitud Norte 66o 33´) dos veces. Una inesperadamente conduciendo por la carretera 5, de la que nos damos cuenta porque vemos un anillo gigante enroscado alrededor de tres postes. La segunda, más formalmente, en el pueblo de Papa Noel en Rovaniemi.
El pueblo de Papa Noel en sí, es un poco desconcertante, tal vez deberíamos haber venido en invierno. Ahora da la impresión de ser un supermercado de souvenirs, con restaurantes kitsch sirviendo pizza de reno. No la probamos. La casa de Papa Noel, por suerte tiene una áurea de misterio y anticipación que Lo rodea. No nos sentamos en su rodilla ni acariciamos su reno, pero tenemos la oportunidad de escribirle una carta desde la oficina de correos oficial.
Rovaniemi es la una ciudad de un tamaño algo significativo que hemos pisado en bastante tiempo, así que disfrutamos de una visita didáctica al museo Arktikum (www.arktikum.fi/en), donde aprendemos un montón acerca de la vida en estas latitudes laponas, pero también los problemas que tienen con la contaminación y el cambio climático y las dificultades para preservar la cultura de los habitantes indígenas, los Samis. También nos tomamos una taza de café estupenda, acompañada de un trozo de pastel en una de las cafeterías de la ciudad, y nos sentimos civilizados otra vez.
En algún punto de la carretera encontramos Sodankyla, un pequeño pueblo que aparte de servirnos para ir a comprar provisiones al supermercado, tiene una pequeña iglesia de madera, que data del siglo XVII, su simplicidad es sobrecogedoramente bonita y además tiene una momia debajo del suelo de madera. Es espeluznante ver lo que queda de la mano, la calavera y demás, a través de las ranuras entre las tablas.
Estos días no hay oficialmente puesta de sol o amanecer, simplemente una medianoche solar, que es cuando el sol está más bajo, aunque nunca totalmente debajo del horizonte. En días soleados uno puede darse un paseo a media noche a plena luz del día. O, por que no, perseguir en pijama un rebaño de renos, porque aparecen junto a tu auto caravana cuando te ibas a ir a dormir. Eso es lo que hacemos, junto a otros visitantes, que estaban igual de emocionados y poco vestidos que nosotros, en el Parque Nacional Pallas-Yllastunturi (en el lado de Pallas).
Esto es la noche antes de conquistar el pico Taivaskero, que tiene unos humildes 809 metros de altura, pero es el más alto de la región y tiene muy buenas vistas. También tenemos un trato especial cuando un reno nos escolta por buena parte del camino de ascensión, mientras mordisquea líquenes.
Diferente, pero también agradable es el Parque Nacional Saariselka Wilderness and Urho Kekkonen, con una gran cantidad de senderos. Combinamos unos cuantos en una larga caminata y disfrutamos de la naturaleza, la soledad y el calor (el sol brilla y hay 26 grados de temperatura). Poco después de estar de vuelta en Polaris cenando, una niebla espesa cubre el lugar y la temperatura baja a 10 grados. Este frío y la grisez vaporosa continúa todo el día siguiente, así que decidimos conducir hacia nuestra última parada significativa en Finlandia, Inari.
Christian me invita a una cena excelente de 5 platos en el restaurante Aanaar (http://www.hotelkultahovi.fi/english/navigation/hotel-kultahovi/restaurant-aanaar/), donde degústanos especialidades locales elevadas al siguiente nivel de sofisticación. Ofrecen platos como líquenes fritos, sorbete de hoja de abedul o helado de regaliz ahumado en hojas de pino. Toda una experiencia que disfrutamos mientras miramos a los legendario rápidos Alakoski a través de los grandes ventanales y nos rodean fotos de los más famosos buscadores de oro que llegaron a este área en la segunda mitad del siglo XIX, llenos de esperanza y ambición.
Inari es el centro cultural de los Sami en Finlandia, así que pasamos buena parte del día en SIIDA (http://www.siida.fi/contents), un museo que ofrece mucha información acerca de su cultura y adaptación al medio ambiente.
Concluimos nuestro tiempo en Inari, caminando a través de bosques de cuentos de hadas y a lo largo de los impresionantes rápidos del río. No queda oro, sólo un paisaje magnífico.
Top 3 Finland
Isabel
Sí, Finlandia tiene un gran diseño puntero y multiples contribuciones al progresos tegnológicos, pero cuando te adrentras un poco, el país es naturaleza pura. Por eso estos son mis top 3
- Agua. Presente en abundancia en formas múltiples. Ya sea salada en el mar Báltico. Cristalina en los lagos gloriosos, que son los espejos mágicos donde atardeceres, bosques, nubes y cielos azules contemplan su belleza eternamente. Salvaje en ríos que una vez estuvieron llenos de oro y que hoy dan hogar a magníficos salmones y truchas. Superficial en marismas y zonas pantanosas que dan casa a algodón ártico, insectos y pájaros. O incluso la lluvia, aunque realmente no haya llovido demasiado mientras hemos estado en Finlandia.
- Fuego. Siempre impresionada por los refugios a lo largo de los senderos o simplemente en algunos aparcamientos, que están perfectamente aprovisionados de leña y un hacha para cortar más si es necesario y chimeneas para encender fuego y calentarse, asar algo, espantar a los mosquitos o simplemente contemplar las llamas.
- Taiga. Gran parte del país es el epítome de este bosque boreal, con extensiones inmensas cubiertas de coníferas y abedules, mosquitos en grandes cantidades y por supuesto los increíbles osos pardos, los reyes de la Taiga.
Christian
- 80 – 80 – 80. Obviamente conducimos un montón de kilómetros. Afortunadamente la red de carreteras de Finlandia está en muy buen estado. Bueno, el asfalto no ha llegado a todas las carreteras secundarias y terciarias, pero tampoco se puede esperar de un país tan grande con relativamente pocos habitantes… Y además está el trozo de carretera en el norte en tal estado que casi nos provoca a mí y a Polaris un ataque de nervios. Conecta el este y el oeste, es la carretera nacional número 80. 80 Km de conducción dolorosa con un límite de velocidad de 80 Km/h. También hay que mencionar que nuestra planificación nos permite conducir la carretera dos veces, del este al oeste y dos días después del oeste al este.
- Mosquitos. Juoni y otros nos habían advertido de la minúsculas criaturas y lo molestas que pueden llegar a ser, porque no hay manera de escapar a ellas. Así que nos preparamos para lo peor, equipados con litros de mosquito repelente y mosquiteros para nuestras gorras y fuimos a explorar el lado salvaje… ¿Y? En la mayoría de los casos los mosquitos no nos molestaron tantísimo como esperábamos y las mosquiteras para las gorras aún no las hemos desenvuelto. Pero una vez que se apagan las luces de la auto caravana y quieres dormir, las pequeñas criaturas se preparan para atacar. Y el insoportable sonido SSSSSSS como Cuadrafónico Dolby Stereo Super Surround (DSSS).
- Vida Salvaje. ¿Qué puedo decir? ¡La vida salvaje en Finlandia es ESPECTACULAR! El plato fuerte de nuestra visita son por supuesto los osos, pero hay muchas más especies. Aves (aunque es muy difícil hacerles fotos), huskies y por supuesto los renos, que no son tan visibles como esperaba, pero una vez que aparecen posan con su lado bueno.
Cuando veo esas magnificas fotografías, de todo lo que estáis viendo, siento una envidia sana.
Seguir disfrutando. Un abrazo para los dos.
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Gracias. Un abrazo de vuelta.
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