Llegamos al puerto de Tarifa con las primeras luces de la mañana para ver el amanecer sobre el estrecho de Gibraltar y coger el primer ferry hacia Tanger. La travesía dura unos 45 minutos. Al cabo de una media hora empezamos a ver la silueta de Tanger en el horizonte. A primera vista la ciudad parece más grande y más moderna de lo que habíamos anticipado. Los trámites de immigración y aduanas son eficientes y en menos de 20 minutos desde nuestra llegada, todos los formularios se han completado y estamos conduciendo por las ajetreadas calles de Tanger, tratando de encontrar la entrada a la autopista del Atlántico, que nos llevará a Assilah, una pequeña ciudad unos 50 Km al sur de Tanger, donde queremos hacer nuestra primera parada y pasar la noche.
La autopista está en excelentes condiciones y el tráfico es escaso. El paisaje que se proyecta a los lados es más verde de los que imaginábamos, con cosechas abundantes de coles, zanahorias, naranjas y muchas más cosas. Llegamos a Asilah antes de la hora de comer. Es un bonito pueblo costero, con una parte moderna que parece estar desarrollándose rápidamente y la vieja medina, que es un laberinto the calles estrechas y casas blancas con algunos toques de azul y algunas tiendas de artesanía.
El mercado se extiende en la parte exterior del muro este de la medina. Verduras, pescado, pollos vivos, pan, especias, dulces, tarjetas para el teléfono, ropa, todo está disponible para nuestra primera experiencia de ir a la compra en Marruecos.
A la mañana siguiente seguimos nuestro viaje a lo largo de la costa y llegamos a Rabat, que nos sorprende positivamente. Relativamente pequeño y relajado. Después de aparcar a Polaris junto al mar, nos dirigimos a la casbah, que es la parte más antigua de la ciudad. Accedemos a ella a través de una de las magnificas puertas de la muralla, dejando atrás las anchas y elegantes avenidas de la parte moderna y entrando en el típico laberinto de callejas empinadas y estrechas.
Damos un vistazo al mar desde la parte más alta de a casbah y en nuestro camino de descenso nos tomamos un té con menta y unas pastas en el Cafe Moure, justo antes de dar un paseo por los Jardines Andaluces. Desde allí nos dirigimos al zoco, con una enormidad de productos disponibles.
Entonces nos damos cuenta de que la hora de la comida ha pasado hace rato, pero igualmente nos dirigimos a la parte más moderna de la ciudad donde esperamos comernos una tagina en el que se supone que es uno de los mejores restaurantes especializados en taginas en la ciudad. Misión exitosa.
La carretera que bordea la costa nos lleva a Oualidia. Por el camino pasamos por montones de pueblecitos donde los pastores cuidan de sus rebaños y gente trabajadora transporta hierba, leña o verduras en sus burros. El paisaje es bonito, son laderas verdes que se extienden hasta el mar.
Fundamentalmente lo que hace que la parada en Oualida valga la pena es la playa de arena dorada junto a la laguna oceánica, separada de la masa oceánica por algunas rocas, que le dan al agua de la laguna el regalo de la tranquilidad, donde los pescadores aparcan sus botes y ofrecen sus capturas.
Más al sur encontramos Eassaouria, que es bonita e intensa. Llena de colores, luces, sabores y olores diferentes. Es difícil decidir dónde empezar, ya que tiene tantas facetas diferentes.
Seguramente el rincón más intenso es el puerto de pescadores en las horas tempranas de la tarde, cuando el mercado del pescado está en pleno apogeo y es un caos perfecto de gente, pescado, gaviotas y un olor muy poderoso.
No tiene nada que ver con la tranquilidad que se respira encima de las murallas de la ciudad, donde puedes pasear y contemplar el atardecer o el océano encrespado chocando con las rocas colindantes.
Probablemente la parte más colorida es el zoco dentro de la medina. Un intrincado laberinto de callejas mayormente estrechas, donde alfombras, zapatos, taginas, dulces, frutas, especias, aceite de argón milagroso, ropa, artesanías originales, bombillas, cerámicas y mucho más se mezclan en una deliciosa especie de ensalada. La gente es amable, los pasteles dulces y la comida sabrosa y reconfortante.