Amistad por el camino

La climatología primaveral continua siendo extremadamente cambiante, así que llegamos al lago de Como, con una mezcla de sol, chaparrones y nubes alternando aleatoriamente en intervalos intermitentes. Pero como el lago y sus alrededores son bastante espectaculares, tratamos de ignorar el tiempo y caminamos por un segmento de la orilla del  lago hasta llegar al pueblo de Como. Aquí también somos afortunados de encontrarnos con Betty, una antigua compañera de trabajo, y retomar la conversación tal como la dejamos hace unos 15 años. Todo acompañado de la mejor pizza que hemos comido en bastante tiempo.

Desde allí vamos al lago de Garda, donde hace mejor tiempo, así que podemos disfrutar él a todo alrededor. No solo tiene una dosis elevada de belleza natural, si no también algunos pueblos bastante pintorescos y agradables. Nuestra primera parada es en Simione, donde encontramos un lugar de acampada justo a la orilla del lago y muy cerca de la entrada del casc antiguo. A pesar de que es bastante turístico, Simione es bastante encantador, con su castillo, su pequeño puerto, su pequeña playa y el spa de lujo. No es de extrañar que Maria Callas lo eligiera como uno de sus lugares de descanso favoritos.

A continuación la carretera nos lleva a Riba del Garda. La situación del pueblo es bastante espectacular, flanqueado por montañas empinadas por un lado y el lago por el otro. Tiene un paseo a todo lo largo del lago, donde la gente corre, camina, pasea al perro, va en bici o simplemente  contempla la regata que tiene lugar en el lado. Es espectacular, todo salpicado de velas que se mueven vertiginosas ayudadas por el viento.

Tirol del Sur no está lejos, y aunque es una región de Italy, parece más bien Austria. Supongo que por razones históricas, Paramos en Bolzano y Merano, que son pequeñas ciudades placenteras donde da gusto darse un paseo y después tomarse un Aperol Spritz en una de sus muchas terrazas, disfrutando del buen tiempo y viendo a la gente pasar.

Eventualmente cruzamos la frontera con Austria, atravesando montañas nevadas, y llegamos a Salzburgo, donde no nos encontramos a ningún miembro de la familia Trapp en persona, pero encontramos sus pistas por todas partes. También nos encontramos con un par de Mozarts falsos aquí y allá. Lo mejor es definidamente el café y trozo de pastel que nos tomamos en unos de los elegantes cafés junto al río.

También disfrutamos del café y trozo de pastel en la terraza del café de más renombre de Bad Ischl, un pequeño pueblo agradable. Pero eso es después de visitar a nuestros amigos Sabine and Reinhold, que viven en las montañas, no muy lejos de Salzburg. Disfrutamos de su compañía y su hospitalidad.

Intentamos visitar el famoso y pintoresco pueblo de Hallstatt, pero pensamos que el encanto está perdido en el extravagantemente excesivo precio del parking, y las cantidades gigantes de autocares y turistas. No importa. En este area hay un montón de lagos, así que nos vamos hasta el lago de Traun, donde pasamos la tarde tumbados al sol.

Estamos muy cerca de Alemania, así que decidimos ir a Mindelstetten, donde nos encontramos con unos amigos. Christian y sus padres Lori y Maria son extremadamente acogedores y hospitalarios, así que nos lo pasamos en grande en su casa, disfrutando de su compañía, una comida deliciosa y la muy especial cerveza local. Además Maria nos prepara una bolsa llena de cosas deliciosas, para que no pasemos hambre ni sed por el camino.

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Nuestra próxima parada es Stein an der Donau, un pequeño pueblo en la region austriaca de Wachau, anclado a la orilla del magnífico río Danubio. Allí nos encontramos con Rainer y Christine, con los que hemos hecho algunos viajes geniales en el pasado, organizados por su agencia de viajes www.arr.at. Es genial caminar por las calles del centro histórico del pueblo acompañados por sus explicaciones expertas, disfrutar de una cena sentados a la orilla del río y después beber vino en su casa mientras charlamos hasta las tantas de la madrugada.

Viena está a tiro de piedra de allí. Obviamente en Viena nos encontramos con familia y amigos y disfrutamos un montón. La lista es tan larga, que en muchos casos nos olvidamos de hacer fotos. Disfrutamos de la compañía de Sigrid y su familia, que además nos dejan aparcar a Polaris en el jardín, junto a sus panales de abejas mientras estamos en Viena. Además nos regalan un tarro de su miel casera y un vino casero hecho de miel. Estamos deseando probarlos. Gracias. También nos encontramos con  Christof, Alice y Tim, con los que, aparte de muchas otras cosas, celebramos nuestro primer aniversario en la carretera. Y por supuesto nos encontramos con Andy, Bri, Alex, Karin y sus familias y pasamos una tarde genial. Con Sandra, Jason y los niños, hablamos y hablamos. Y después está Heidi, que tiene una botella de cava en la nevera y la abre cuando llegamos. Además tenemos la suerte de estar allí para celebrar el 60 cumpleaños de Gunter, que es increíble. Y por supuesto también pasamos un tiempo agradable con los padres de Christian.