Exposición Norteña (Doctor en Alaska)

Dedicamos este capítulo a la serie de televisión del mismo título* que probablemente despertó mi interés por las latitudes del norte *( Northern Exposure en Inglés, que fue traducida en plan castizo al castellano como Doctor en Alaska). La serie narraba las aventuras y desventuras de un joven médico de New York que fue destinado a un pequeño pueblo de Alaska.

Aquí estamos, en el Norte. Aunque por lo que respecta al Norte verdadero, todo el mundo reclama tenerlo, cada uno con una calificación geográfica ligeramente diferente. Todos ellos por encima del paralelo 71. No ponemos pie en todos ellos, pero en algunos muy significativos.

Post 14-40

Panorama of North Cape (Mageroya island) – several drone shots

El primero al que llegamos, después de un largo viaje a través de la península de Nordkyn. Las vistas a lo largo de la carretera son una mezcla de paisaje lunar y las tierras altas escocesas. Con rocas impresionantes, pequeños ríos salvajes y lagos. Pero sin astronautas, ni whisky, que sepamos. Sólo la carretera ondulada que lleva a tu cuerpo a las latitudes de más al norte y tu mente a estados secretos de soledad y claridad.

Al final de la carretera, que aún no ha sido alcanzado por el asfalto, cuando tenemos la sensación de estar llegando al fin del mundo, encontramos el faro de Slettnes (710 05´ 22¨), el faro que está más al norte en la tierra firme del continente europeo. En un punto donde nunca es oficialmente verano. El momento en que nosotros llegamos no es una excepción. Hay neblina y cae una ligera llovizna. Aún así nos aventuramos una caminata por un sendero que sigue la linea de la costa pasando por playas increíbles con arenas blancas y aquas de color turquesa. También encontramos un rebaño de renos mirando al mar desde un acantilado cubierto de hierba, sin que nadie los moleste. Oímos focas cantando al viento, pero no las encontramos en ningún rincón de la costa escarpada.

Al día siguiente, con un cielo más claro, retrocedemos hasta la mitad de la península, hasta un pueblecito llamado Kjollefjord, rodeado de acantilados impresionantes y tendederos para secar  el pescado. El agua del fiordo se ve plana y metálica, pintada con diferentes tonalidades  de azul , que son un contraste delicioso para los coloridos barcos pesqueros.

El cielo se despeja totalmente por la ´noche´ y experimentamos un increíble sol de media noche en una playa a lo largo de la carretera, donde nos hemos instalado para pasar la noche. La noche blanca. La experiencia es totalmente surreal, como los colores de las nubes en el cielo, como la linea imposible del horizonte.

También nos empezamos a dar cuenta de que las jornadas de viaje son bastante largas, imprimiendo los neumáticos de Polaris en las carreteras que contornean los fiordos o cruzan montañas nebulosas, que parece que dan casa a las nubes. No parece posible hablar de jornadas de menos de 200 Km entre puntos de destino. Las ventanas de Polaris proyectan  continuamente acantilados gigantes, aguas turquesa, playas de arena blanca, a veces cubiertas de algas, tendederos para secar el pescado, renos cruzando la carretera o pastando en la playa, segmentos de tundra, pequeñas islas junto a la orilla y, muy de vez en cuando, un pequeño poblado o pueblo (los mas grandes puede que alcancen los 3000 habitantes o así).

Así llegamos a la isla Mageroya, que está conectada al continente por un túnel submarino y que s ha hecho famosa, ya que en ella está situado el cabo Norte, que es conocido mundialmente como el punto más al norte del continente Europeo. Pero la verdad es que no lo es.

Primero está el hecho de que está en una isla. El punto más al norte en tierra firme es Kinnarodden  (710 8´ 2¨), al cual nos aproximamos en la península de Nordkyn.

Aún ignorando el hecho de que el cabo Norte está en una isla, ya que puedes llegar allí conduciendo por el túnel, el cabo Norte sigue sin ser el punto más al norte. Ese honor geográfico es para Knivskjelodden (71 0 12´2¨), que está sólo a 3 Km de distancia, pero es mucho más difícil de pronunciar y bastante más difícil de alcanzar. No hay carreteras que lleguen allí, así que si quieres alcanzarlo por tierra lo tienes que hacer caminando. Es una ardua caminata de 18 Km mayormente a través de la inhóspita tundra, subiendo y bajando por senderos rocosos o embarrados, que cuando nosotros lo recorrimos estaba mayormente  adornado por una densa cada de nubes y con una serenata constante de vientos aulladores. Vientos aulladores impenitentes. El esfuerzo es recompensado al llegar por la visión de un obelisco más bien poco agraciado, que marca el lugar. También tienes el honor de firmar en un libro que hay dentro de una caja de metal, donde firman los intrépidos exploradores que llegan allí, y unas vistas excelentes del cabo Norte. Eso y tu sentimiento de orgullo personal.

Entonces, ¿por qué se lleva el cabo Norte (71º 10´ 21¨) la fama y la gloria de ser el punto más norteño del continente? Supongo que será porque es el punto más norteño al que se puede llegar por carretera, y los visitantes pueden llegar allí comodamente si lo desean, sin una mota de barro en los zapatos. Hay que reconocer que el lugar es bastante sorprendente por varios motivos. Primero por que está sobre un acantilado spectacular y rodeado de otros igualmente impresionantes.

Segundo porque cobran un peaje de 29 Euros por persona para llegar allí (a no ser que llegues despise de la 1 de la madrugada, aparentemente entonces te puedes colar gratis). Tercero por una tienda de  souvenirs muy decepcionante, donde no conseguimos ni comparaos unas camisetas de recuerdo mínimamente decentes. Y cuarto por la cantidad surreal de gente que se reúne allí para contemplar el sol de media noche. Es realmente sorprendente cuando llegas al parking a eso de las 2 de la tarde y te encuentras las hordas de auto caravanas alineadas para la ocasión, con sus nomádicos habitantes desplegando sillas, mesas, botellas de vino y pica pica por todas partes. Es como una congregación internacional de una nueva secta del Sol o algo así. Y tal como avanza la tarde van llegando montones de autobuses que descargan más y más gente, que invade el lugar, que suena como la torre de Babel.

El sol de media noche es magnífico.

 

4 thoughts on “Exposición Norteña (Doctor en Alaska)

    • Gracias Francesco. Afortunadamente no hemos tenido que acudir al médico. Sólo estábamos recordando una de nuestras series favoritas. Como os va de vuelta en Amsterdam? Un día nos tienes que explicar como se siente uno volviendo a la vida normal. Como están las perspectivas de encontrar un nuevo trabajo?

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      • …recien terminando de asimilar la vuelta! (y empezando a mandar CVs, asi que aun es muy pronto para hablar de perspectivas! hah…) . Igual bonito tener de nuevo cama propia y mas de un par de zapatillas que ponerse. 🙂 Besos!

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