El sol de media noche

El sol no se ha puesto desde que cruzamos el Círculo Polar Ártico, tal vez desde antes, ¿quién sabe? Pero como el cielo está cubierto y nublado por lo menos la mitad del tiempo, supongo que la cantidad de luz se equilibra al final de la semana. No tenemos ningún problema para dormir, aunque Christian se entusiasma haciendo fotos cuando el sol brilla por la noche, más aún si estamos en la costa, y es difícil que vuelva a ´casa´ a dormir.

Por lo demás el sol de media noche nos ha dejado tirados un par de veces. La primera cuando estamos en Alta y queremos fotografiar la Catedral de las Auroras Boreales a la luz del sol de media noche, pero está nublado y llovizna, así que como alternativa nos ponemos a hacer la colada. Y por supuesto las auroras están fuera de la cuestión en esta época del año. Pero en cualquier caso la catedral es bastante espectacular, con la fachada cubierta de placas de titanio, que se enrollan como en el baile de una aurora, por lo menos es lo que me parece a mí, Christian no está tan seguro de que sea eso lo que representa. El interior es también impresionante en su única y  peculiar manera.

Nos conformamos con hacer algunas fotos a la mañana siguiente y estamos de suerte, porque vemos el desfile de una boda Sami llegando a la iglesia, con los invitados vestidos en sus coloridos trajes tradicionales. Charlamos con una pareja de invitados que nos explican qué distingue a la novia de los demás y cual es el orden de los miembros del desfile. Todo muy estructurado.

La segunda vez que el sol de media noche nos deja en la estacada es en Tromso, donde estamos muy ilusionados con ver el Concierto del Sol de Medianoche en la Catedral del Ártico. Promete ser una gran combinación de sonido y luz, cuando la música suena y el sol se filtra por la magnífica vidriera de la fachada Este. En este caso es más el Concierto de la Nube de Medianoche, pero es estupendo y de todas maneras lo disfrutamos. El sonido es fenomenal, la resonancia de la catedral es fabulosa, es como si la iglesia se hubiera construido para la música. El concierto es sencillo, solo una soprano, un saxo y un piano, interpretando canciones tradicionales escandinavas, pero es estupendo. Lo recomiendo de todas todas si estáis en esta región en esta época del año.

El tiempo en Tromso no es nuestro amigo durante el primer día y medio después de nuestra llegada. Cielos tan grises con intervalos de lluvia, así que pasamos bastante tiempo puertas adentro, ya sea en ´Polaris´, en un cafe local o visitando un par de museos, de los que tienen un montón. Primero visitamos el Museo Perspektivet (www.perspektivet.no), de entrada gratuita y  excelentes exposiciones temporales. Un pequeño gran lugar, fundado para entender las conexiones en la vida y promover la tolerancia de la diversidad cultural. Tendría que haber más sitios como este. Ahora tienen tres exposiciones. La primera se llama ´Aquí estaba´ y muestra las ruinas de algunas ciudades que fueron palestinas antes de la guerra con Israel. La segunda se llama ´Homo Religious´ y muestra todas las religiones que han convivido en Tromso durante los años. La tercera son fotos en banco y negro de Tromso en los años 60.

El segundo museo es totalmente diferente. Se llama Museo Polar y presenta las aventuras de los primeros exploradores de los polos, centrándose en Nansen y Amundsen. También tiene una exposición bastante macabra acerca de las viejas prácticas de caza de ballenas, leones marinos, focas y osos polares. No es de extrañar que las especies casi se extinguieran, tristemente.

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Roald Amundsen Statue – Tromso

Como el tiempo mejora al día siguiente, Christian se levanta temprano y sale para fotografiar las esencias de la ciudad, una mezcla de arquitectura moderna y tradicional,

algunos grafitis

y barcos en el puerto, enmarcados por la ciudad, las montañas nevadas y el cielo azul (más o menos).

Entonces levamos el ancla y nos dirigimos, a través de montañas y festoneando la costa,  a la vecina y pequeñísima isla Sommaroy, rodeada de aguas cristalinas de color turquesa y un montón de islotes y salpicada con algunas casas y pequeñas poblaciones. Muy bonita. Más aún si subes la pequeña montaña local que ofrece vistas de todos los alrededores (gracias a Silke por el consejo). Hace bastante calor y las laderas son más empinadas de lo que pensaba, así que cuando bajamos, disfruto de mi primera cerveza en Noruega, a pesar de que es pequeñísima y cuesta casi 8 euros (no tienen piedad con los precios del alcohol), en la terraza del único, hotel, bar restaurante del lugar.

El sol de media noche está casi a nuestro favor esta vez, así que Christian sale con su cámara a capturar la luz.

Eso quiere decir que a la mañana siguiente los dos sentimos la falta de sueño, pero nos tomamos un reparador desayuno en la playa y cogemos el ferry hasta la isla de Senja, que es un paso intermedio en nuestro camino al archipiélago de las Vesterales. Senja está bastante bien y encontramos un sitio genial para parar a comer, junto a una playa de arena blanca. Siguiendo la carretera más escénica hacia el siguiente puerto del ferry, descubrimos magníficas montañas con verdes paredes verticales, que se hunden directamente en el océano, cubriendo el agua de reflejos verdes.

El puerto del ferry está en el pueblo más pequeño imaginable, al final de la carretera que viene de ninguna parte, pero cuando llegamos, una hora antes de la salida del ferry, encontramos tal multitud y tal cantidad de coches y auto caravanas esperando delante nuestro, que nos tememos que no vamos a caber en el ferry. Los vehículos siguen llegando destrás nuestro. ¿De dónde vienen? Es una locura. La emoción dura hasta el último minuto, ya que somos el último vehículo en subir al ferry, ocupando hasta el último centímetro disponible. Todo el mundo que estaba detrás nuestro tiene que esperar al día siguiente. Vemos aparecer unos cuantos carteles anunciando ´Habitación disponible´, a través de las ventanas y balcones de algunas casas. Estamos seguros de que todo el mundo encuentra un lugar para pasar la noche, al despedirnos  desde el barco de la impresionante linea de la costa.

 

2 thoughts on “El sol de media noche

  1. Maravillosos paisajes, maravillosas fotografías Aunque el tiempo os la haya jugado a veces, habéis hecho un buen trabajo. Los comentarios impecables.

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