Volvemos a Portugal y paseamos por las calles históricas de Évora en la luz del atardecer temprano. Habíamos estado aquí hace algunos años, así que ahora pasamos el tiempo desenvolviendo recuerdos por las estrechas calles adoquinadas y junto a las columnas orgullosas del antiguo templo romano.
Nuestra siguiente parada es Coimbra, la ciudad universitaria de Portugal por excelencia, que erige su perfil compacto en las orillas del río Mondego.
La ciudad antigua es un laberinto de calles estrechas y empinadas, flanqueadas por pequeños bares, restaurantes, locales de fado y tiendas de souvenirs que conducen a la vieja catedral y a la Universidad.
La Universidad de Coimbra tiene más de 500 años de historia y definitivamente marca el carácter dinámico de la ciudad. Las arcaicas paredes del campo exudan los recuerdos de un millón de historias estudiantiles secretas, las salas interiores son un poco rancias, pero de una manera solemne.
Porto, anclado a la orilla izquierda del pacífico río Duero, cerca de su desembocadura, tiene tantas esquinas deliciosas, como calles empinadas. El magnífico puente Dom Luis I, diseñado por un estudiante de Gustave Eiffel, une la ciudad a Vila Nova de Gaia, en la otra orilla, donde están la mayoría de las bodegas de vino de Oporto y también algunos buenos restaurantes tradicionales. Por supuesto disfrutamos probando ambos.

Dom Luis I bridge – Porto
Esta orilla también tiene la ventaja de tener unas vistas geniales de la ciudad en la otra orilla, sus calles empinadas, sus casas de colores, los barcos que se usaban para traer el vino de Oporto desde el valle del Duero, corriente arriba.
El paisaje, adornado con las luces de la noche es pura magia.
La ciudad, experimentada desde dentro, es confortable y llena de polvo de la historia. Casitas viejas y pequeñas, iglesias barrocas y también fachadas portuguesas clásicas.
Además está la estación del tren, decorada con bonitos azulejos portugueses, y los vecindarios colindantes, decorados con grafitis inspirados.
Después de unos cuantos días disfrutando de la ciudad, la dejamos atrás y conducimos río arriba hasta llegar al valle del Duero. Por muchos kilómetros las empinadas laderas del río están alfombradas de viñedos. La primera noche establecemos nuestra base en Peso de Regua, que es un pueblo bastante feo, pero tiene un espacio para auto caravanas junto al río, que está bastante bien, al final de un paseo que corre junto al río a lo largo de todo el pueblo. También aquí conseguimos un mapa de la región y el amable personal del Museo del Duero nos da información de cueles son sus lugares y bodegas favoritos.
La primera bodega es la Quinta do Tedo (http://www.quintadotedo.com), que está situada entre dos ríos, el Duero y el Tedo. Es un lugar especial, ya que tiene un par de senderos entre los viñedos desde los que puedes disfrutar del bonito paisaje y además observar pájaros. Desafortunadamente nosotros no vemos muchos, tal vez porque es el momento equivocado del día.
Se nos olvida tan pronto como empezamos a probar algunos de los vinos tintos y los oportos, acompañados de las explicaciones de los amables empleados de la propiedad, que además nos guían a través de una exposición de artistas locales que tienen en su sala de catas, y también nos dan un tour breve de las instalaciones donde las uvas aún se pisan tradicionalmente. Una gran experiencia.
El único pueblo de la región que visitamos es Lamego, aquí subimos la impresionante escalinata barroca que lleva a la iglesia de Nossa Senhora dos Remedios. El resto del pueblo se ve elegante y próspero, con otro puñado de edificios interesantes.
Después de comer conducimos, a través de estrechas carreteras con curvas al pequeño pueblo de Tabuaco, donde hemos oido que una bodega tiene espacio para auto caravanas. Se llama Quinta de Padrela (http://www.quintadapadrela.com/en/). Jose, el dueño, es un anfitrión excelente, que nos invita a quedarnos tanto tiempo como queramos. También nos enseña la propiedad y nos da todo tipo de informaciones interesantes. Después nos invita a una cata de sus vinos, acompañados de embutidos y quesos de la zona. Una experiencia verdaderamente deliciosa.