Llegamos a Santiago de Compostela, destino de peregrinaje de cientos de personas que llegan a la ciudad cada día, después de haber caminado cientos de kilómetros con sus botas desgastadas, siguiendo los pasos del Apóstol Santiago. De alguna manera para nosotros es más fácil porque llegamos a bordo del confort de Polaris, sin sufrir las millas de sacrificio físico. Nosotros somos peregrinos del pensamiento, que viajan a través de latitudes y longitudes diversas en un viaje de exploración, contemplación y descubrimiento propio.

Santiago de Compostela
Santiago es una ciudad más pequeña de lo que yo la imaginaba y tiene un cierto encanto especial.
La catedral es impresionante desde todos los ángulos. No importa que la veas desde cerca. O que la contemples desde lejos. Solo nos decepcionamos por el hecho de que el interior está en obras, pero aceptamos que la tienen que renovar, así que pasamos página sin arrastrar nuestra frustración.
El resto de nuestro tiempo en Galicia lo pasamos junto al mar. Esta región tienen kilómetros de costas escarpadas para caminar y admirar y un montón de pequeños puestos pesqueros con barquitos que laboran pacientemente el mar. También podemos dar fe de mariscos espectaculares. De hecho no recuerdo haber comido unas zamburriñas más dulces que las que comemos en Cambados, y el pulpo también está bastante bien. Sin olvidar de que lo regamos con un genial vino de Albariño de la región.
Otra cosa que la región tiene en abundancia son los faros, que dan luz a los marinos en las noches de tempestad.
Esperamos al atardecer en el faro del Cabo de Finisterre, que solía ser señalado como el punto más occidental de la España peninsular, pero en realidad este honor le pertenece al cabo de Touriñan, que está 14 minutos más al oeste.
Otro faro que nos gusta bastante es el del Cabo Vilán, anclado en un trozo de costa espectacular.
Impresionante y sólida es la Torre de Hércules, un faro antiquísimo que fue el único construido por los Romanos, allá por el siglo I, lo que lo hace el faro más antiguo del mundo, y que actualmente mira protector a La Coruña.
Yendo tierra adentro, hacia la provincia de León, encontramos el paisaje mágico de Las Médulas, una antigua explotación minera cerca de Ponferrada. Fue la mina de oro más importante del Imperio Romano y está considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este paisaje espectacular es el resultado de excavar las montañas con grandes cantidades de agua a presión.
Desde aquí vamos a la placentera ciudad de Leon, que tiene una bonita catedral, una zona peatonal muy placentera, una plaza muy pintoresca, sobre todo hoy, que es día de mercado, una casa de Gaudí muy poco típica y un montón de bares y restaurantes donde puedes comer tapas deliciosas mientras bebes el vino del la región, el Bierzo.
Burgos es otra ciudad de provincias que tiene un centro histórico monumental.
Incluyendo la gran catedral gótica que es también Patrimonio de la Humanidad. ¡Y qué frío hace!